domingo, 28 de noviembre de 2010

Yo nunca les esperé


Es domingo por la mañana y ya estoy hasta la coronilla de las informaciones relativas al viaje del Papa a Santiago. Y todavía faltan los actos de Barcelona!!!! Dijo ayer Benedicto XVI que en nuestro Estado existe un “laicismo agresivo” y además vinculó esta situación con el anticlericalismo de la II República (el pais.com). Y yo me pregunto: ¿Qué esperaba encontrar después de sus actitudes frente a las libertades más íntimas de las personas?, ¿Esperaba más sumisión a sus mandatos discriminatorios, sexistas, clasistas e hipócritas?.
Cada vez que un Papa no ha visitado han salido miles de millones de pesetas o euros de las arcas del Estado. Esos millones no revierten después en las personas desfavorecidas a quien dice representar y/o defender. No revierte en un mayor grado de libertades personales, ni en aumentar el grado de sensibilización social ante los graves problemas que estamos viviendo a todos los niveles. Sólo sirve para potenciar el sectarismo de los señores de faldas largas y negras en sus posiciones más reaccionarias y autoritarias. Para las visitas papales, todas ellas, oropeles, grandes altares que se fabrican en tiempos récords y que importa bastante poco si molestan durante semanas a la ciudadanía, grandes medidas de seguridad, regalos y mucha, mucha publicidad a sus palabras que “sólo” pretendían ser evangelizadoras y no políticas.
Afortunadamente para quienes nunca les esperamos, ni a este ni a su antecesor, podemos expresar libremente nuestras opiniones y decir alto y claro YO NO TE ESPERO y yo añado, NI TE QUIERO EN MI VIDA.
Y quiero decirlo muy alto y muy claro porque el mensaje que representas tú Papa Ratzinger y tus seguidores, y tus sectarios obispos y toda la jerarquía eclesiástica me huele a muerte, represión, violaciones, negación de derechos y libertades e imposición de criterios a la fuerza. No os quiero en mi vida porque no me reconocéis como mujer con derechos para vivir mi vida con libertad dentro de mi propio cuerpo. Porque me queréis como un ser siempre subsidiario de los varones. Porque me negáis el derecho a poder elegir libremente la vida que quiero llevar. Porque me negáis, de entrada, sin preguntar y por mi condición de mujer, a vuestro club principesco llamado jerarquía. No os quiero y por tanto no puedo esperar nunca este tipo de visitas porque os cebáis en los más débiles, los niños y los jóvenes abusando de ellos. Porque con la excusa de cuidar de personas mayores les expoliáis de sus propias ideas e incluso de sus propios recursos, para imponer vuestras reglas y vuestras creencias.
Porque en aras a vuestras creencias encorsetadas y radicalmente conservadoras no contempláis las posibilidades de felicidad de muchas personas al imponer vuestro modelo de familia. Porque vuestra hipócrita actitud frente a situaciones como las que siguen existiendo en el Arzobispado de Valencia, en donde en aras a mantener el número de “creyentes” en vuestra secta, nos impedís a muchas personas el derecho a apostatar e incluso cuando os hemos argumentado nuestro deseo de que nos excomulguéis, nos lo negáis. Pero luego no tenéis ningún pudor en amenazar a aquellas mujeres y hombres que en libre ejercicio de su representación dentro del Congreso de Diputadas y Diputados voten a favor de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Porque promulgáis la defensa de la vida y habéis dejado un reguero de muertes inocentes a lo largo de la historia. Por todas estas cosas y por todo el dolor que habéis producido a lo largo de la historia y el que desgraciadamente vais a seguir produciendo en miles de corazones inocentes, NO OS QUIERO EN MI VIDA.
Ni a ti te esperaba papa Ratzinger, ni a tus secuaces de faldas largas y negras les quiero para nada en mi vida.
No me pidáis que abandone mi condición laica agresiva, pues ante vosotros no cabe otro tipo de actitud. Es mi derecho y lo voy a seguir ejerciendo con toda la militancia posible y de una forma absolutamente activa.
Ontinyent, 7 de noviembre de 2010. Teresa Mollá Castells tmolla@teremolla.net

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