jueves, 20 de enero de 2011

10 secretos para que la mujer se ponga cachonda


Cuando se habla de relaciones, los deseos de las mujeres son mucho más extensos y variables que los de los hombres. Pueden responder a las caricias en grandes áreas de su piel y si la estimulación es adecuada pueden obtener amor de muchas formas diferentes.
Como la respuesta masculina es más simple, muchos hombres tienden a pensar que las mujeres son iguales a ellos, es decir, que se excitan fácilmente con la vista y desean el amor cuanto antes.
En éste libro se aconseja lo que hay que hacer para una mujer, y no es sólo una cuestión de técnica, sino también de emociones. Algunas recomendaciones de lo que las mujeres buscan:
1.- Amor satisfactorio
Nunca empieces pensando en la zona vaginal, al contrario demora todo lo que puedas en el resto del cuerpo y déjalo para lo último. Las mujeres agradecen que el amor no sea un mero trámite, por lo que esperan más emoción antes de la acción.
2.- Detalles que cachondean
Muchas mujeres que se cachondean más vestidas que desnudas del todo. Por ende ellas esperan que les saquen la ropa o que simplemente el hombre deslice sus manos por todo su cuerpo, como dibujando su cuerpo. Esto sirve para mantener la excitación previa.
3.- Para entrar en calor
La mayoría de las mujeres disfrutan enormemente con besos, abrazos y caricias tiernas. Es como si necesitaran volverse a enamorar, y estar seguras de ser deseadas por ellas mismas antes de empezar a disfrutar realmente de su propia sexualidad.
4.- Manos estimulantes
Los masajes nunca están demás, de hecho la mayoría de las mujeres los piden antes de entrar al acto sexual propiamente tal. Si se combinan con aceites y cremas afrodisíacas mucho mejor, se comenta en el libro.
5.- Aplicar el romance
La mujer para excitarse necesita entrar en clima lentamente, nada de arrojársele encima, ya que eso logrará un efecto totalmente negativo. Así como los hombres reaccionan más a los estímulos externos, las mujeres son más emocionales, por lo que hay que ponerle un toque de romance a la situación.
6.- La imagen lo es todo
El hombre también debe verse sexy para provocar el deseo en una mujer y para ello no se necesita más que una ducha y un par de gotas de algún perfume agradable. Por último un detalle importante, cuando el hombre se quita la ropa, debo sacársela toda, sin dejar nada a la imaginación. Eso la mujer lo agradece y mucho, se comenta en el libro.
7.- Decir te amo o te quiero
Quizás uno de los detalles más importantes, más que los estímulos sexuales, son aquellos estímulos provocados por las emociones, los sentimientos y el amor, estos son los más completos y engloban a todos los demás. Decir te amo o te quiero antes del acto sexual, desencadena en la mujer una serie de sentimientos internos y externos positivos para la pareja.
8.- Muchos besos y caricias
Para excitar sexualmente a una mujer los besos y las caricias son fundamentales. Las caricias deben ser en todo el cuerpo, si crees que la zona genital y los senos son las partes más erógenas, estás en un error. Hay mujeres que tienen mucho más sensibilidad en el vientre, las piernas, los brazos, la nuca, la espalda y el cuello, por lo tanto no se debe dejar de acariciar.
9.- Atención con las palabras
Las palabras tienen mucho efecto para lograr la excitación de una mujer, algo que nunca falla son los elogios sobre el cabello, la piel, los ojos y todo lo que surja decirle en el momento, se aconseja en la publicación.

Las 25 cosas que los hombres no aguantan de las mujeres

Si usted es escrupulosa en el sexo, le gusta hablar con el novio por teléfono cada media hora, le encanta jugar a la mamá, añora sus antiguos amores o solo piensa en casarse, no le extrañe que la abandonen en cualquier momento.



Solo bastan ciertos detallitos, de parte y parte, para que la cosa comience a flaquear. Por ahora nos ocuparemos de algunos comportamientos femeninos que espantan a muchos hombres. Las siguientes son las 25 actitudes que podrían poner a correr al hombre que le interesa, según un sondeo realizado por Internet a través de eltiempo.com, en Colombia.
1. La segunda madre 
Un refrán dice que primero fue el uno que el dos. Así que usted, resígnese, siempre será ¿segundona¿, ni siquiera intente ocupar el lugar de la madre. El complejo de Edipo existe, pero no se las pique de Yocasta.
2. La intensa
Esta es la típica ¿pegote¿ que llama cada hora, pregunta bobadas, quiere saber todos los movimientos, pretende estar todo el tiempo con él. Sábados, domingos y festivos se queda a dormir en su apartamento, para desayunar juntos y luego, también, ver el reality de la noche juntitos. Además, es melosa, duerme abrazada ocho horas, quiere que la acaricien todo el tiempo, le hablen estilo bebé y espera besitos cada cinco minutos.
3. La ¿cantaletuda¿
Dios puso esta característica en las féminas (alguien tenía que hacer el trabajo sucio...). Pero no hay derecho a que una mujer, en tono agudo, entre alto y contralto, eche cantaleta en el carro y con los vidrios arriba, en la mesa, en la calle, en la fila del cine, por teléfono y hasta en el baño. Dejémosle el sermón a la mamá.
4. La ¿Mata Hari¿ 
Si algo enerva a un hombre es que le esculquen. La curiosidad mató al gato y pilas con buscar pistas del pasado y secretos en el clóset, el escritorio, el celular y la billetera mientras él se baña. Piense que solo obtendrá ira e intenso dolor si encuentra fotos de las novias y quién sabe en qué situaciones...
5. La RIVAL 
Señoritas, entre un hombre y su mejor amiga hay más fidelidad que con su amigote del alma. Los celos por ella solo le traerían rivalidades e incluso la harían objeto de chistes. Tampoco es que la vaya a coger a besos y se presten la ropa, pero trate de tragársela y hasta salgan juntos, pues ella goza de derechos adquiridos...
6. La desesperada 
Nada más notorio que el afán por conseguir novio y, peor, el de casarse. Para esto se necesita inteligencia y el movimiento menos astuto de una ganosa es ¿sacarle¿ cita con los papás al mes de conocerlo, hablar de matrimonio, argollas, luna de miel y hasta lagrimear cuando vea un bebé. Llegar al altar toma su tiempo. Acelerarse podría convertirla en una ¿cuchacha¿ frustrada.
7. La que no gasta 
Veamos... La caballerosidad es una cualidad que todas aman, pero no abusen. Así como reclaman por sus derechos, no se las den de princesas para que les gasten todo. Eviten el recorrido por el centro comercial, la joyería, los mejores restaurantes y el puchero de rigor para que les renueven ropero, les amueblen la casa y las lleven a unas vacaciones todo incluido. ¡Para eso trabajan!
8. El síndrome Excel 
Algo que prende los motores de un tipo son las viejas que planean todo en tabla de Excel. Olvídese de diseñarle dietas, rutinas de gimnasio, sesión de spa, el mercado en Paloquemao, la visita a la mamá o a la prima más querida, y las reuniones de egresados. Deje que él programe las actividades y no crea que su agenda tiene tantos espacios como la de Hello Kitty.
9. Las muy extrovertidas 
También conocidas como coquetas, hablan mucho, son queridas con todos, abrazan, besan y cuando se emborrachan se transforman. De alma de la fiesta pueden pasar a pesadilla y cada que salen no solo devuelven atenciones sino que les hacen ¿showcito¿ delante de todos. Eso sí, se arrepienten al otro día.
10. La mujer antiamigos 
Esta tiene dos características: acompaña siempre al novio pero nunca se integra, es como un mueble y no musita palabra, ni siquiera toma y pone cara de puño; o se vuelve tan amable y tan querida que cada que habla la embarra con comentarios salidos de tono o que ponen en entredicho su inteligencia.
11. Tres son mucha compañía 
No falta la vieja que cada que sale lleva a una hermana, a la prima o a la amiga ¿más chévere¿. Si algo saca de quicio es que carguen con cola para todo lado. Para completar, estas agradables compañías no tienen un peso y adivinen quién es el marrano que paga...
12. Celos, malditos celos 
Es verdad que la cultura machista las hace inseguras, pero cuando la sombra tiene curvas y sospechan hasta de la señora de los tintos, la cosa se pone grave. Más bien, no se busque cachos porque no hay teoría más cierta de que entre más celosas, más engañadas.
13 Las antiestéticas 
Aquí solo unas perlas bastante despedidoras: la pulsera de oro en el tobillo debajo de la media velada, el anillo en un dedo del pie, las peludas con síndrome de Neandertal: no saben qué es la cera y la cuchilla para el bigote, las piernas, la axila y el bikini; las uñas decoradas con bisutería, el pelo con raíz y el tinte quemado en las puntas y el zapato blanco con jean stretch. Ojo, muchos alegan que el mal olor es más común de lo que se piensa.
14. Las ¿mamis¿ vanidosas
Estas son el otro extremo: están bien maquilladas a las 3 a.m., después de la rumba, huelen a labial, van al gimnasio tres horas diarias y salen perfectas, la pestañina nunca se les corre, usan delineador de labios bastante contrastado y al parpadear tienen escarcha en la sombra. Casi siempre han estado en el quirófano para algún implante, son bonitas, juran que Nicole Kidman se pondría su ropa y su perfume algo fuerte delata su cercanía.
15. Las criticona
Algunas se las pican de decoradoras y dos semanas después de conocer al tipo quieren cambiarle el apartamento, les parece frondia la casa de los suegros y esperan que pongan tapete en todas las puertas. Sueñan con botarle el afiche del Boca, que nunca deje platos sucios y que la ropa sea solo de marca.
16. Ni tanto que queme al santo...
Ni mucho que no lo alumbre. Si en el amor se busca inteligencia, nada más mamón que una vieja intelectual que analiza hasta un polvo. Pero también despacha la que solo lee revistas de farándula, no sabe qué se celebra el 7 de agosto y solo quiere ser como Julia Roberts en una vida de comedia.
17. El odio al fútbol
Si no le gusta, deje que su hombre lo disfrute. Algo que de verdad espanta es la mujer que se pone furiosa si el domingo en la tarde es para el fútbol, el estadio, los amigos y unas cervezas, y no para ella. Fresca, búsquese una amiga, visite a su mamá o váyase a ver cine arte.
18. Disertaciones sobre el amor
Mujeres, olviden que los hombres quieren discutir sobre el amor, la relación de pareja y los conflictos por tres, cuatro, cinco horas o todo un sábado. Recuerden que el género masculino, aunque ama, es más práctico y no se pone metas cara a cara, reflexiona y jura amor eterno. Ese abrazo al final de una discusión bizantina no es de satisfacción, es puro teatro, jurado.
19 La actitud antihogar
Si quiere perder a su novio en mínimo dos días, dígale que le importa cinco la casa, aprender a cocinar, tener hijos y quedarse de vez en cuando en la casa. Nadie quiere sirvientas a la usanza antigua, pero esas liberadas que a duras penas abren la nevera y meten los tenis a la lavadora corren el riesgo de no disfrutar las mieles del hogar.
20. Las autosuficientes
Es verdad, las mujeres pueden hacerlo todo y hasta mejor que un hombre. Pero esa miradita, esa actitud de sabelotodo, de que no necesita a nadie y esa pose algo masculina no solo espanta sino que enerva. Está bien, son exitosas, pero dejen de repetirlo y recalcarle que ganan más, y que, en últimas, solo necesitan su semen para un hijo. ¿A quién llaman cuando van al mecánico y les han cambiado hasta el timón por una cifra astronómica?
21. El chantaje
Nada más bajo que jugar con esto. Algunas se proponen hacerlos sufrir y les provocan celos con personajes imaginarios, se mandan flores ellas mismas a nombre de otro, lloriquean para conseguir su afecto, se hacen las víctimas y en un momento de rabia deciden no ¿dárselo¿, como si solo él se privara de placer.
22. Las escrupulosas y las sucias
En esta categoría entran las mojigatas y las que se pasan. Niñas, eso de apagar la luz, de poner cara de asco y de dárselas de sanas después de cierta edad no les luce. Pero ojo, cuando la mujer resulta más sucia que el hombre, también corre el riesgo de asustarlo. Eso sí, no se repriman y muestren sus armas poco a poco.
23. Que lo cojan de esclavo
Mujeres, sus novios o maridos no son sus mensajeros, tramitadores, plomeros, electricistas, choferes y, además, buenos amantes. Eso de recógeme, llévame, déjame, pasemos por..., préstame y arréglame, no va. No se las dé de ama de Kunta Kinte.
24. Las comparaciones
Si entre sus frases más comunes están ¿con mi ex hacía esto o aquello¿, ¿él era divino¿ o ¿él siempre me regalaba. . .¿, su relación no tiene futuro. Si los añora tanto, ¿por qué no está con ellos? Como reza la balada de plancha ¿ya lo pasado, pasado¿, entonces no arriesgue el futuro. Y si cree que el sujeto en mención debe ser como su papá, busque urgente ayuda psicológica.
25. Los cuestionarios
Existen varios, pero uno de los peores es el del sondeo de número de novias, cuántas mujeres han pasado por su cama y cuál ha sido el mejor polvo. No insistan en saber en cuál puesto están y piensen, como dice en Desiderata, que siempre habrá alguien mejor y peor que tú.