Pocos seres inventados por y para el celuloide han sido tan atrayentes, enigmáticos, ambiguos, queridos y odiados como las mujeres fatales. Han existido desde que el cine es tal y en todos los géneros del mismo, aunque alcanzaron su máximo esplendor, sin duda, con el cine negro americano, fundamentalmente entre 1941y mediados de los años 50. Fundamentalmente a estas dedicaremos estas palabras.
Aparición de la mujer fatal en el cine negro americano
Una de las novedades más importantes del cine negro en cuanto a la creación de nuevos personajes consiste en el crecimiento interior de los personajes femeninos tras los cambios sociales producidos en la sociedad de EE.UU. durante la II Guerra Mundial, que marcaron hitos decisivos en la emancipación de la mujer estadounidense . Debido a esto, el protagonismo de los personajes femeninos es cada vez mayor en el cine negro americano.Pero además de estos cambios sociales que explican el mundo perturbado del cine negro, la autora Christine Gledhil observa una producción continua de novelas con personajes ambiguos, entre los que destacan los detectives privados, así como el " mito eterno " de la mujer como amenaza al dominio del varón sobre el mundo. La ambición económica, siempre atribuida a la identidad sexual masculina (dentro del sistema social denominado patricarcal por las feministas en la actualidad) es una característica propia de esta mujer, que transgrede las normas de este sistema y paga por ello con la vida, la soledad, la cárcel, etc.
En la mujer fatal se funden la vamp de las mitologías nórdicas y la prostituta de las mediterráneas. Fueron los franceses los que la denominaron femme fatale. A su vez, los norteamericanos la llamaron spider woman (mujer araña). Con esos términos definían a una mujer hermosa ambiciosa e intrépida, insensible y cruel, que muestra sus intenciones únicamente en el último momento.
Pasión y muerte
En el cine negro americano se miente amor. La fatal es ambigua, sabe jugar con este sentimiento. Utiliza su belleza y su sexualidad como armas para lograr lo que desea mediante la seducción.La fatal utiliza su cuerpo como señuelo, con él provoca. Intriga, miente y manipula utilizando como armas la belleza y la sexualidad, que le sirven para obtener beneficios lucrativos. Su elección moral tiene como núcleo su objetivo de ascensión social: el poder, el dinero, el lujo. Por ello está dispuesta a arriesgarse con una determinación única en el cine.
Por todo esto, esta heroína generalmente se encuentra fuera de los límites de la familia nuclear y el triángulo amoroso se convierte en la estructura narrativa dominante de estas películas.
La fatal utiliza su fina sensualidad y sus pérfidas miradas para reclamar la atención de quien observa como actúa. Las fatales se permiten el lujo de utilizar un arma, fumar, cantar, conducir intrépidamente, desear el dinero sin pudor, etc.
La mujer fatal es bella, inteligente, valiente, ... pero peligrosa: el cine negro relaciona su inteligencia con el fatalismo. En las novelas negras y películas de este género es descrita con un halo de deseo sexual implícito ante el que los hombres se rinden sin resistencia, aunque saben que esta mujer puede ser su perdición.
Analicemos su método operativo más frecuente. Se encuentra generalmente atada con un hombre adinerado cuya presencia no puede soportar y del que desea librarse. Un día aparece otro hombre en su vida, un incauto incapaz de resistir la tentación que esa mujer supone. La pasión entra en acción y en el crimen entra en escena. Todas las pruebas implican a este hombre como culpable, aunque pudo no cometer el delito del que se le acusa, pero del cual resultó cómplice voluntario o involuntario. Cuando todo se descubre, ya es tarde. En este estado de mentiras continuas, mutuas, el sexo siempre se encuentra presente.
Seducción fatal
Las fatales dominan el arte de la seducción. La femme fatal convence así al "incauto" oponente masculino para que actúe según sus fines. La mirada es la herramienta fundamental de esta mujer ante el hombre al que pretende hechizar con sus gestos, sus palabras y, en múltiples ocasiones, sus canciones.También explota ampliamente la sensualidad de sus labios para atraer al hombre. Utiliza estas armas acercándose peligrosamente, con atrevimiento, a la distancia de contacto, aunque debemos puntualizar que en muchas ocasiones más que acercarse la propia mujer fatal al hombre, ésta le atrae hacia ella bien cantando, llorando o simplemente agachando la cabeza (indicando vulnerabilidad o sumisión) en ocasiones en que quiera parecer una víctima ante ese hombre. En otras ocasiones, con menos frecuencia, utiliza un cigarrillo hábilmente colocado en la comisura de los labios.
Son también interesantes los momentos en que dichas mujeres dan la espalda a este hombre que ha caído en sus redes (que suelen coincidir con los encuentros en que la fatal parece desesperada e invita a ese hombre a que cometa un acto que puede llevarle a la cárcel o a la muerte pero que a ella le interesa); el perfume, tan importante en algunas de estas películas (recordemos, por ejemplo, el caso de “Callejón sin salida”); las posturas de la mujer fatal cuando echa su cuerpo hacia atrás ante ese hombre (en una cama o encima de un piano, como en “Forajidos”), etc.
Atrevida al acercarse al hombre, entabla conversaciones cínicas, canta, baila de manera desvergonzada... La fatal utilizará a un incauto como herramienta para satisfacer sus intereses, sus ambiciones. Seduce mediante su cuerpo y muestra aparente indiferencia. El juego del deseo es, en este caso, protagonista.
La obsesión del hombre hacia la fatal es tremendamente intensa. El hombre mira a la mujer egoísta, interesada y sensual. Está dispuesto a jugar con fuego y ella lo enciende. El hombre percibe la fatalidad, pero se niega a ignorar a esta figura inalcanzable que le desafía.
En cuanto a la composición de las escenas en la seducción podemos observar como en muchos cuadros la mujer controla la composición debido a que aparece en contrapicado, mientras el hombre aparece en picado. De este modo, la fatal domina visualmente el encuentro. Difuminada o subrayada en la exposición, una frase elocuente, un plano de los ojos deseosos y la insinuación es evidente.
Fatales memorables del cine negro americano
Todas ellas son fascinantes. Podemos destacar las siguientes:
















Las fatales no mueren
Aunque hemos hablado de las fatales refiriéndonos a la época clásica del cine negro americano, no podemos olvidar que han aparecido en el cine más actual fatales igualmente dignas de recordar, como Kathleen Turner interpretando a Matty Walker en“ Fuego en el cuerpo”; Angelica Huston en “Los timadores”; Jessica Lange en la nueva versión de “El cartero siempre llama dos veces”; ...Bibliografía de interés
· BELLUSCIO, Marta, “Las fatales ¡Bang! ¡Bang!,” Editorial La Máscara, Valencia, 1996.· COMA, Javier, “Diccionario del cine negro” Ed. Plaza&Janés, Barcelona, 1991
· DAVIS, Flora, “La comunicación no verbal”, Alianza Editorial, Madrid, 1996.
· HEREDERO, Carlos F. y SANTAMARINA, Antonio, “El cine negro. Maduración y crisis de la escritura clásica”, Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 1996.
· KAPLAN, E. Ann, “Las mujeres y el cine a ambos lados de la cámara”, Ediciones Cátedra, Madrid, 1998.
· KUHN, Annette, “Cine de mujeres”, Ediciones Cátedra, Madrid, 1991.
· SANTAMARINA, Antonio, “El cine negro en 100 películas”, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1999.
Filmografía mencionada
· Perdición (Double Indemnity), 1944. Dirección: Billy Wilder. Producción: Paramount Pictures. Guión: Raymond Chandler y Billy Wilder, basado en la novela de James M. Cain. Fotografía: John F. Seitz. Dirección artística: Hans Dreier. Música: Miklos Rozsa. Montaje: Doane Harrison. Intérpretes más importantes: Barbara Stanwyck, Fred MacMurray, Edward G. Robinson.· Forajidos (The Killers), 1946. Dirección: Robert Siodmak. Producción: Universal Pictures. Guión: Anthony Veiller, basado en el libro de Ernest Hemingway. Fotografía: Elwood Bredell. Dirección artística: Jack Otterson y Martin Obzina. Música: Miklos Rozsa. Montaje: Arthur Hilton Intérpretes más importantes: Ava Gardner, Burt Lancaster.
· El halcón maltés (The Maltese Falcon), 1941. Dirección: John Huston. Producción: Warner Bros. Guión: John Huston, basado en la obra de Dashiell Hammett. Fotografía: Arthur Edeson. Dirección artística: Robert Haas. Música: Adolph Deutsch. Montaje: Thomas Richards. Intérpretes más importantes: Humphrey Bogart, Mary Astor, Sidney Greenstreet, Peter Lorre.
· El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice), 1946. Dirección: Tay Garnett. Producción: Metro Goldwyn Mayer. Guión: Harry Ruskin y Niven Busch, basado en la novela de James M. Cain. Fotografía: Sidney Wagner. Dirección artística: Cedric Gibbons. Música: George Bassman. Montaje: George White. Intérpretes más importantes: Lana Turner, John Gardfield, Cecil Kellaway.
· La dama de Shangai (The Lady from Shangai), 1948. Dirección: Orson Welles. Producción: Columbia. Guión: Orson Welles, basado en la obra de Sherwood King. Fotografía: Charles Lawton, jr. Dirección artística: Stephen Gooson y Sturges Carne. Música: Heinz Roemheld. Montaje: Viola Lawrence. Intérpretes más importantes: Rita Hayworth, Orson Welles, Everett Sloane.
· Gilda (Gilda), 1946. Dirección: Charles Vidor. Producción: Columbia. Guión: Marion Parssonnet. Fotografía: Rudolph Mapé. Dirección artística: Jean Louis. Música: Morris Stoloff; Marlin Skilkes; Hugo Friedhofer. Intérpretes más importantes: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady.
· Cara de ángel (Angel Face), 1952. Dirección: Otto Preminger. Producción: RKO. Guión: Frank Nugent y Oscard Millard. Fotografía: Harry Stradling. Dirección artística: Albert S. D’Agostino y Carroll Clark. Música: Dimitri Tiomkin. Montaje: Frederic Knudston. Intérpretes más importantes: Jean Simmons, Robert Mitchum.
· Retorno al pasado (Out of the Past), 1947. Dirección: Jacques Tourneur. Producción: RKO. Guión: Geoffrey Homes. Fotografía: Nicholas Musuraca. Dirección artística: Albert S. D’Agostino. Música: Roy Webb. Montaje: Samuel E. Beetley. Intérpretes más importantes: Jane Greer, Robert Mitchum, Kirk douglas.
· La mujer del cuadro (The Woman in the Window)), 1944. Dirección: Fritz Lang. Producción: International Pictures. Guión: Nunnally Johnson, basándose en la novela de J.H. Wallis. Fotografía: Milton Krasner. Dirección artística: Duncan Cramer. Música: Arthur Lang y Hugo Friedhofer. Montaje: Marjorie Johnson. Intérpretes más importantes: Joan Bennett, Edward G. Robinson, Dan Duryea.
· Perversidad (Scarlet Street), 1945. Dirección: Fritz Lang. Producción: RKO. Intérpretes más importantes: Joan Bennett, Edward G. Robinson, Dan Duryea.
· Callejón sin salida (Dead Reckoning), 1947. Dirección: John Cromwell. Producción: Columbia. Guión: Oliver P. Garrett y Steve Fisher Fotografía: Leo Tover. Dirección artística: Stephen Gooson y Rudolph Sternad. Música: Marlin Skiles. Montaje: Gene Havlick. Intérpretes más importantes: Humphrey Bogart, Lizabeth Scott, Morris.
· Deseos humanos (Human Desire), 1954. Dirección: Fritz Lang. Producción: Columbia. Guión: Alfred Hayes, basándose en la novela de Emile Zola. Fotografía: Burnett Guffey. Dirección artística: Robert Peterson. Música: Daniele Amfitheatrof. Montaje: Aaron Stell. Intérpretes más importantes: Gloria Grahame, Glenn Ford, Broderick Crawford.
· El abrazo de la muerte (Criss Cross), 1948. Dirección: Robert Siodmak. Producción: Universal. Guión: Daniel Fuchs, basándose en la novela de Don Tracy. Fotografía: Franz Planer. Dirección artística: Bernard Herzbrun y boris Leven. Música: Miklos Rozsa. Montaje: Ted J. Kent. Intérpretes más importantes: Burt Lancaster, Yvonne de Carlo, Dan Duryea.
· Niagara (Niagara), 1952. Dirección: Henry Hathaway. Producción: Twentieth Century Fox. Guión: Charles Brackett. Fotografía: Joseph Macdonald. Intérpretes más importantes: Joseph Cotten, Marilyn Monroe, Jean Peters.
· El cuervo (This gun for Hire), 1942. Dirección: Frank Tuttle. Guión: Albert Waltz y W.R. Burnett basándose en la novela de Graham Greene titulada "Un fusil en venta". Fotografía: John F. Seitz. Vestuario: Edith Head. Intérpretes más importantes: Veronica Lake, Alan Ladd, Robert Preston.
· El sueño eterno (The Big Sleep), 1946. Dirección: Howard Hawks. Producción: Warner Bros. Guión: William Faulkner, Leigh Brackett y Jules Furthman, basándose en la novela de Raymond Chandler. Fotografía: Sid Hickox. Dirección artística: Carl Jules Weyl. Música: Max Steiner. Montaje: Christian Nyby. Intérpretes más importantes: Humphrey Bogart, Lauren Bacall, John Ridgely.
· Fuego en el cuerpo ( Body Heat), 1981. Dirección: Lawrence Kasdan. Producción: Warner Bros. Y Ladd. Guión: Lawrence Kasdan. Fotografía: Richard H. Kline. Dirección artística: Bill Kenney. Música: John Barry. Montaje: Carol Littleton. Intérpretes más importantes: Kathleen Turner, William Hurt, Richard Crenna.
· Los timadores (The Grifters), 1990. Dirección: Stephen Frears. Guión: Donald E. Westlake, basado en la novela homónima de Jim Thompson. Música: Elmer Bernstein. Intérpretes más importantes: Angelica Huston, John Cusack, Annette Bening.
· El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice) 1981. Dirección: Bob Rafelson. Intérpretes más importantes: Jessica Lange, Jack Nicholson, John Colicos.
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